Por la cantidad de horas que pasamos con el calzado puesto o el estrés al que sometemos a nuestros propios pies en el día a día, cortarse las uñas correctamente es imprescindible para evitarnos molestias indeseadas. Aunque parezca una tarea sencilla, lo cierto es que debemos ser meticulosos y cuidadosos, y seguir las pautas que te explicamos a continuación.

En primer lugar, utiliza un cortaúñas adecuado o una tijera de pedicura (no una tijera cualquiera). Antes y después de utilizar este accesorio es aconsejable desinfectarlo con alcohol isopropílico. El corte de las uñas debe ser preciso, recto y evitando en todo momento dejar piquitos. Una de las claves es acertar con la longitud adecuada que debemos dejar en nuestras uñas. Como norma general debemos cortarlas de modo que queden a la misma altura que el final de nuestros dedos. En este sentido es mejor dejarlas un poco más largas que demasiado cortas, ya que una uña corta puede producirnos complicaciones como las famosas uñas encarnadas.

Esta afección aparece cuando el filo de la uña o uno de sus extremos se clava en la piel del dedo. Las uñas encarnadas se reconocen fácilmente porque se produce un enrojecimiento periférico de la zona, dolor e incluso cierta inflamación. El dedo gordo del pie es el más susceptible de sufrir una uña encarnada, pero puede ocurrir en cualquiera de ellos.

Uno de los errores más frecuentes es tratar de cortarse las uñas siguiendo la propia curvatura que presentan nuestros dedos. No debemos hacerlo de esta manera, sino, como hemos dicho previamente, cortarlas de forma recta. En ocasiones aprovechamos a cortarnos las uñas al salir de la ducha, lo que puede suponer un error si no nos cercioramos de que las uñas están completamente secas. Y es que una uña mojada tiene más posibilidades de doblarse e incluso romperse, y además dificultará el corte (en seco el corte es más limpio y suave).

Las uñas de los pies suelen crecer en la mayoría de personas unos 2 milímetro al mes, por lo que se recomienda cortarlas cada 6/8 semanas. En el caso de los corredores el corte de uñas debería tener una frecuencia mayor, sobre todo aquellos que corren por terrenos con bajadas, pues los pies sufren pequeños deslizamientos dentro de la zapatilla y pueden provocar que “clavemos” las uñas en la puntera del calzado.

En cualquier caso, después de cortarnos las uñas se recomienda limarlas con una lima de uñas para suavizar los bordes irregulares o posible “piquitos”.

En los pacientes con uñas demasiado gruesas el corte puede complicarse si no se pone especial atención. En estos casos se recomienda remojar previamente los pies en agua tibia durante unos minutos para suavizarlas y, a continuación, secarlas completamente con una toalla y proceder a su corte.  Como última instancia, en casos de infección, hinchazón permanente o dolor severo, recomendamos acudir al podólogo.