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Correr por la montaña

En las últimas décadas, el mundo del running ha sufrido una eclosión espectacular en todas sus vertientes, también en el ámbito de las carreras de montaña. Cada vez hay más y más aficionados a correr que deciden hacerlo en entornos naturales, ya sean montes, vías pecuarias, cañadas… o pura montaña.

¿Tiene ventajas correr por la montaña?

Sí, las tiene. La superficie por la que corremos es menos dañina para la mayoría de los corredores. En el asfalto, y en general en las superficies duras como la acera, carril bici o similares, o dispones de una técnica de carrera muy depurada, que actúe como amortiguador natural, o lo más probable es que tarde o temprano estos impactos acaben dejándote alguna secuela en el pie, tobillo, rodilla o cadera.

Sin embargo, en la montaña, las superficies son mucho más amables con nuestra zancada. El hecho de no poder desarrollar una zancada homogénea y regular ya nos evitará muchas sobrecargas propias de un ejercicio cíclico, pero además el terreno irregular va a reforzar de manera natural los músculos y ligamentos.

Además, correr por la montaña nos libera de las cadenas cronométricas, o por lo menos en parte. Esto no significa que no suponga un esfuerzo, o que no haya retos, pero dejamos de tener todo medido, ya que un mismo recorrido puede tener, cada temporada, condiciones cambiantes de terreno y provocar que el avance sea más o menos rápido. El entorno natural encaja con la máxima que debería guiar al corredor: “Correr debe ser un deporte que nos ayude a encontrar el equilibrio vital, y no un factor distorsionador”. 

¿Se pueden utilizar las mismas zapatillas de correr por asfalto?

No es aconsejable, correr por la montaña es un deporte con ciertos puntos en común con correr por la ciudad, pero totalmente diferente. Correr en un entorno natural entraña cierta peligrosidad, exponencialmente más cuanto más altura, tecnicidad y alejamiento del entorno urbano tengan nuestros entrenamientos.

Importante optar por unas buenas zapatillas de trail, teniendo en cuenta que la suela proporcione tracción y agarre, es decir, seguridad. Se recomienda que tengan un taqueado semiblando para mejor agarre, y agresivo con tacos profundos, para que pueda clavar bien en la tierra o campo a través si vamos a hacer montaña, y algo menos agresivos si lo que vamos a hacer es trail ligero.

Además, tus zapatillas tienen que generar estabilidad. El calzado de suela baja y ancha nos va a ofrecer mayor estabilidad y por tanto mayor seguridad frente a los esguinces de tobillo, lesión frecuente cuando corremos por el monte. En cuanto a la amortiguación, no es tan importante en este tipo de terreno, pues es más blando y cambiante que el rutinario asfalto.

Casi todas las marcas de running han desarrollado calzado específico para este deporte, por lo que no te será difícil encontrar algunas que se adapten a tus características técnicas y de peso.

Por último, recuerda que correr por montaña no solo requiere un calzado diferente al que utilizas para correr en asfalto. También la ropa o materiales que utilices tienes que tenerlos en consideración, pues la climatología puede sorprenderte. También ten en cuenta que en medio del campo, es más fácil desorientarse y no tendremos una boca de metro al lado para salir del apuro. Ve siempre con la batería de tu teléfono móvil bien cargada y con GPS si desconoces la ruta o no llevas un guía.

¡Y felices kilómetros!

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