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¿Cuántos kilómetros aguantan mis zapatillas de running?

Una de las grandes preguntas de todo corredor es cuándo debe jubilar a sus compañeras de batalla para dejar paso a unas nuevas.

Las zapatillas de running no tienen una fecha de caducidad exacta, sino que dependerá del uso que cada corredor haga de ellas. Esta durabilidad también dependerá de si elegimos las zapatillas correctas en su momento, de nuestra técnica de carrera, del terreno habitual por el que corremos o incluso la constitución física de cada uno, pero, en cualquier caso, hay señales que nos advierten que ha llegado el momento de cambiar nuestro calzado de running.

Aunque es complicado determinar una distancia exacta, ya que depende mucho de la zapatilla en cuestión, podríamos decir que a partir de los 800 km es momento de ir pensando en esta renovación. Desde ese momento, su desgaste provoca que los componentes empiecen a perder las propiedades de estabilidad y amortiguación, dejan de realizar su función y estamos expuestos a lesionar nuestras articulaciones y músculos.

Aunque hayáis vivido muchas anécdotas juntos, saber decir un “hasta siempre, compañeras” a tiempo es mejor que lamentarse después.

A medida que vamos sumando kilómetros, una de las zonas del calzado que más desgaste sufre es la suela. Con este desgaste, disminuye su densidad, deformándose y haciéndose más y más fina con cada zancada y afectando así a nuestro movimiento, nuestra carrera, y nuestra estabilidad, lo que casi siempre termina en lesión.

Y no hablamos únicamente de la suela. Los sistemas de amortiguación también van sufriendo este desgaste, afectando a la tracción y al agarre.

El desgaste de la suela afecta principalmente al agarre y a la tracción. Llegados a este punto, la cadera, los tobillos, las rodillas y nuestra musculatura pueden verse afectados.

Otro consejo a tener en cuenta es evitar lavarlas a máquina. Es mucho mejor a mano, pues meterlas en la lavadora provoca que se deterioren sus componentes y sufran desgaste mucho antes. Sabemos que lavarlas a mano es más tedioso, pero si quieres que crucen contigo muchas metas, es mejor así.

Por último, recuerda que, aunque tus zapatillas tengan pocos kilómetros, si has empezado a sentir molestias o has tenido lesiones corriendo con ellas, igual no son las adecuadas para ti y tienes que deshacerte de ellas antes de lo que pensabas. Las zapatillas son esenciales para cuidar nuestro cuerpo mientras corremos y alcanzar nuestros objetivos. No tienen que ser las más bonitas, ni las más nuevas del mercado. Tienen que ser las adecuadas para ti, y por ello es vital dejarse aconsejar por los expertos y hacerse un análisis de la pisada con el fin de determinar qué calzado es el correcto y el que te hará disfrutar de este precioso deporte.

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