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LOS PIES DEL CORREDOR DE MARATÓN

Como corredor, de la distancia que sea, ya deberías saber el papel primordial que juegan tus pies en cualquier carrera. Pero si eres maratoniano, estás hecho de otra pasta. Y tus pies están mucho más expuestos y son más sensibles de sufrir lesiones si no los cuidas como corresponde.

Tanto el maratoniano de nivel popular como el corredor de élite tienen algo en común que les caracteriza y que podríamos definir como “el espíritu del corredor”. Ese espíritu de sacrificio, de superación ante las adversidades, de afán de lucha a veces contra uno mismo, a veces en solitario. Pero, al mismo tiempo, cada uno debe ser consciente de sus capacidades, tanto físicas como mentales, para poder alcanzar su meta.

En un estudio realizado a 187 corredores del EDP Rock ‘n’ Roll Madrid Maratón & ½ antes y después de su carrera, descubrimos datos muy significativos.

Una de las conclusiones que obtuvimos es que la pronación fisiológica de un corredor va aumentando con el número de kilómetros realizados. Es a partir del kilómetro 10 cuando esta puede rozar límites patológicos, pues aparecen modificaciones manifiestas en cuanto a la pisada y a la huella plantar.

¿Por qué me duele cuando corro?

La respuesta casi siempre, en un 90% de los casos, está en los pies, ya que el uso del calzado y la invención del suelo firme, liso y duro, de alguna manera están debilitando nuestra arquitectura anatómica y sometiéndola a un estrés añadido por el mayor índice de impacto.

Salvo casos excepcionales, cualquier persona puede llegar a correr un maratón, evidentemente tras el debido periodo de adaptación y programa de entrenamiento. La lesión deportiva suele venir determinada por uno de estos factores, error anatómico, zapatilla inadecuada y mala técnica de entrenamiento. Otros factores secundarios serían el sobrepeso, el cambio brusco de superficie de entreno, el desgaste de la zapatilla, el sobre entrenamiento al que sometemos a nuestro cuerpo y la falta de calentamiento y estiramientos.

Muchos corredores populares, que arrastrados por la endorfinas empiezan a preparar su primer maratón, preguntan por qué empiezan ahora a sentir problemas físicos que no habían tenido nunca y la respuesta es muy fácil, nunca habían sometido a su cuerpo a las cargas de trabajo que demanda dicha preparación y  nunca habían tenido la edad que tienen en el momento de producirse la lesión y es que aunque nos duela decirlo, a partir de los 33…., unos antes y otros después, la cosa cambia, nuestro colágeno empieza a no ser tan rico y comienza el proceso de envejecimiento tisular.

Sólo el que ha corrido un maratón sabe lo que se siente al llegar a meta y lo que cuesta muchas veces alcanzar la misma, no hay obstáculos, no hay rías, no hay vallas, a veces no hay ni crono, se trata de una carrera contra el asfalto y contra uno mismo, las lesiones por tanto se deben a la repetición continua y constante del mismo gesto deportivo durante los 42 kilómetros y 195 metros, son lesiones de tipo crónico, latosas y aburridas, que se repiten a menudo para desespero del corredor, que muchas veces no cae en la cuenta de que el origen de las mismas está en el desequilibrio de un determinado elemento de la cadena cinética que constituye su aparato locomotor, empezando por el pie y continuando con la rodilla, cadera y columna vertebral.

Cuando el corredor está preparándose para correr el maratón y tiene que parar por una dolencia, aparece una verdadera depresión, no sólo por dejar de correr, sobre todo por el bloqueo endorfinico, las endorfinas son las hormonas que nos dan satisfacción y placer, también conocidas como hormonas del amor.

Por tanto, es de suma importancia evitar que aparezca la lesión, entendiendo por lesión, una dolencia que nos tenga en dique seco más de una o dos semanas y aquí es dónde recobra gran importancia la prevención, que pasa por la exploración minuciosa del aparato locomotor del corredor, en estática y dinámica, así como la correspondencia con su huella plantar o estudio de la pisada. La exploración podológica pasa por tres fases claramente diferenciadas, camilla, pasillo o plataforma captadora de la huella plantar y cinta de correr. Aunque de un tiempo a esta parte, están apareciendo multitud de reclamos publicitarios de empresas y lugares que realizan supuestos estudios biomecánicos de la pisada, lo recomendable es que acudas a un centro especializado, el podólogo es el profesional cualificado para realizar dicho estudio y en caso necesario la prescripción del mejor tratamiento, que normalmente pasa por la realización de un soporte plantar personalizado y adaptado a las necesidades de tus pies.

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